Alivio y Respiro. Mi donación de riñón y el proceso de recuperación

Prefiero llevar una vida privada, pero cuando se trata de donar un riñón, siento que es necesario documentar y compartir la experiencia para animar a otros.

Antes de decidir ser donante, yo tenía un poco de preocupación acerca de la donación de órganos. Primeramente, yo no sabía que uno podía llevar una vida sana con sólo un riñón, ni que la deficiencia renal afecta ambos, no solamente uno de los riñones. Soy una mujer de treinta y tantos años, así que también tenía reservas sobre donar un riñón antes de tener mi primer bebé. Afortunadamente, el equipo de trasplante en Montefiore Medical Center respondió todas mis preguntas y alivió mis preocupaciones.

A mi me ayudó mucho hablar con coordinadora, pero fueron los foros y las redes sociales quienes aliviaron mi ansiedad. Me informé sobre la operación y el proceso de recuperación por las publicaciones de Laura y Jackie. Los mensajes de Facebook e Instagram de Mrs. Violence me ayudaron a superar mi temor a las cicatrices. Los videos de YouTube de Dumaguete Lifevisualizaron qué podía mientras me recuperaba. Sin embargo, no fue hasta que hablé con una donante por teléfono que me sentí un poco más segura acerca de la experiencia en la cual iba a embarcar.

Le agradezco a la comunidad de donantes por darme la fuerza y conocimiento para seguir adelante. Mi objetivo es compartir mi experiencia con aquellos que tambien estan luchando con la decisión de donar un órgano.

 

LA DECICIÓN

Donar un órgano es una decisión muy personal que no debe ser forzada ni coaccionada. 

Amo a mi papá, y quería darle la capacidad de vivir una vida mejor. Cada experiencia es diferente, pero puedes leer todo sobre mi motivación para donar mi riñón aquí.

NUESTRA COMPATIBILIDAD

Lo mas importante para un trasplante de riñón es que tanto el donante como el receptor esten aptos para la donación. Tuvimos sesiones con varios médicos, y nos sujetamos bajo varios exámenes incluyendo análisis de sangre, electrocardiogramas, tomografías y rayos X para asegurarnos de que ambos estubieramos libres de cualquier enfermedad avanzada.

Tuve mucha suerte de ser compatible con mi papá. El criterio de concordancia es muy riguroso, así que ambos tuvimos que tomar una serie de pruebas para comprobar que sus anticuerpos no rechazaran mi riñón.

A pesar de nuestra compatibilidad, nos aconsejaron que perdiéramos peso antes de la cirugía. Esto retrasó la operación un par de meses, pero la espera nos puso en camino hacia un estilo de vida más saludable.

LA FECHA

Estuve muy relajada durante el proceso de evaluación hasta que recibí la fecha para la operación. Por alguna razón, saber el día y la hora del procedimiento hizo que todo se sintiera más real. Yo nunca había sido admitida a un hospital, y siempre he sido un poco miedosa con cuestiones de dolor. Por ejemplo, he estado por sacarme mis dientes de juicio hace ya años, pero el miedo de la extracción me mantiene esperando.   

Admito que sentí un poco de pánico el día que mi coordinadora me llamó. No dormí mucho esa noche, pero al día siguiente hablé con una donante que alivió mis temores inmediatamente. La donante con quien hablé me dijo de lo hermosa y positiva que fue su experiencia. También ella me informó que la peor parte de la cirugía es la ansiedad que uno siente justo antes. Cuando le pregunté sobre el dolor, ella me tranquilizó y me contó que yo estaré medicada y que no sentiré casi nada. Esa conversación me preparó mucho para el próximo día.

LA CIRUGÍA

El 22 de febrero de 2017, mi familia y yo nos levantamos temprano y nos dirigimos al Centro Médico Montefiore para nuestra cita a las 6:00 am. El proceso de preparación fue muy rápido, y a las 7:00am estaba lista para la operación.

Mi papá y yo nos entretuvimos el uno al otro durante el proceso de preparación. Nos reímos mucho, especialmente cuando confundían mi nombre con el de él.  Nos admitieron en un área de espera antes de la cirugía, y después de tomarnos la presión y sacarnos sangre, dejaron que nuestra familia viniera a vernos. Mi madre estaba muy emocionada ya que dos personas muy importantes en su vida iban ha estar bajo el bisturí.

A mi me asignaron una estudiante de anestesia que estaba muy nerviosa. Al conectarme el suero, sus nervios causaron que un montón de sangre chorreara de mi mano. Mi mamá y me esposo se preocuparon, pero unos minutos más tarde, me despedí y caminé hacia la sala de operaciones acompañada por un equipo de médicos.

Nunca había visto una sala de operaciones en persona. Nada se parecía a lo que había visto en películas y programas de televisión. La habitación era enorme con un montón de máquinas anticuadas. Me dirigieron a una mesa que parecía una tabla de masajes y luego de varios minutos me conectaron a un sin número de máquinas. El equipo fue muy amable. Lo último que recuerdo es cuando me inyectaron un calmante que hizo sentir borracha. Hice un chiste acerca del vodka, y antes de darme cuenta estaba totalmente fuera.

PRIMER DÍA DE RECUPERACIÓN  

Antes de que supiera lo que estaba pasando, una enfermera me despertó en la unidad de cuidados intensivos. Sentí mucho frío, así que me amontonaron tres o cuatro mantas para  calentarme. Me preguntaron si sentía dolor, y me sorprendí de que a pesar de un pequeño dolor de garganta, casi no sentía nada. Me dormí y en lo que parecía minutos, mi familia vino a verme.

Me hicieron una operación laparoscópica, y de acuerdo con los blogs que leí, el gas con que te llenan el estómago tiende a producir dolor de hombro y de espalda. Yo no sentí nada, al contrario, me sentía muy cómoda.

Le pregunté a mi esposo qué hora era, y que me dijo que eran como las una o dos de la tarde. La cirugía duró sólo dos o tres horas, pero estoy segura que duré un buen rato reposando después de la anestesia. A esa hora a mi papá ya lo habían operado y al parecer se sentía bastante bien.

Pasé el tiempo entre durmiendo y hablando con mi familia hasta que sentí un poco de dolor. La enfermera me inyectó un poco de morfina la cual me alivió por un buen rato. Me informaron que me estaban preparando una habitación y me sentí feliz de salir de esa zona fría. Pasó el tiempo, y luego de una hora me comenzó a doler la herida. La enfermera me negó la morfina ya que me iban a mover, y al agitarme, el dolor se volvió mas agudo.  

Ya en la habitación, me hicieron hacer ejercicios de respiración cada hora para evitar una neumonía. Me dieron Oxycodone para el dolor y también una pastilla para ayudarme a evacuar. 

SEGUNDO DÍA DE RECUPERACIÓN  

No dormí mucho los primeros días después de la cirugía ya que los enfermeros me despertaban a cada hora para sacarme sangre y medirme la presión. Los medicos esperaban que me levantara y que caminara el segundo día, y sorprendentemente no fue tan difícil como pensaba.

Me encantó levantarme a ver a mi papá. Nuestra primera caminata juntos fue una gran victoria. Los doctores querían enviarme a casa el segundo día, pero no me sentía lista. Ese día me distraje mucho y no hice mis ejercicios de respiración como me lo recomendaron los médicos. Eso me causó una fiebre y tuve que hacerme una radiografía para identificar la causa y tomar medicamentos para bajarla.

TERCER DÍA DE RECUPERACIÓN  

Después de haber superado la fiebre, me dieron de alta la mañana siguiente. Pensé que recuperarme en casa iba a ser difícil, pero me sentí mucho mas cómoda al acostarme en mi cama.

Los doctores me recomendaron que bebiera mucha agua y siguiera una dieta baja en proteínas para no agitar mi riñón. No me sentía lo suficientemente saludable como para levantarmea cocinar, así que mi esposo ordenó Boston Market.

Esa semana completa me la pasé durmiento y viendo televisión. Traté lo mas posible para levantarme a caminar y así recuperarme mas rápido.

SEGUNDA SEMANA DE RECUPERACIÓN 

Ya no estoy tomando medicamentos para el dolor, y mis heridas se están sanando. Lo que mas me molesta es el gas que se acumula en el estómago. En realidad siento como si tuviera cinco meses de embarazo.   

Leí algunos blogs y aprendí que la mejor manera de aliviar el malestar de gas es caminar y usar una almohadilla de calefacción. Le dí tres o cuatro vueltas a la manzana, y desempaqué una almohadilla de calefacción que había ordenado por Amazon.

Hoy es el último día de la segunda semana, y no fue hasta ayer que decidí empezar a escribir. No tenía energía para ver películas, y mucho menos para escribir mis pensamientos y sentimientos en un blog. Sólo he estado escribiendo por un día, pero ya me siento con mas ánimo.

Aunque esta entrada es bien larga, espero que les haya dado una perspectiva real del proceso de donación de riñón y su consecuente recuperación.

NidiaComment